2003, 11 de septiembre. El Correo de Andalucía.
Después de varias reformas y de años de discurso xenófobo del PP, de críticas y rechazos a una ley como la 8/2000 que todos consideramos no solo violentadora de derechos humanos sino alejada de la realidad del fenómeno migratorio e incapaz de gestionarlo, un acuerdo como el del PSOE con el PP respecto a la Reforma de la Ley de Extranjería, suena sólo a mercadeo electoral.
El acuerdo significa legitimar desde la oposición toda la política migratoria del PP, a la que se introducen unos matices, por otro lado nada importantes. No sólo es acordar la reforma, es aceptar y situarse en el discurso xenófobo y demagógico que inspira esa reforma
El problema es cuando se mercadea con el sufrimiento humano. El problema es decir con una mano que el pueblo de Tarifa y la Cruz Roja merecen una medalla por su ayuda a los inmigrantes que llegan en patera y con la otra acordar las leyes y las políticas que perpetúan la violación de los derechos humanos de las personas inmigrantes y la tragedia de las pateras
Muchos dicen que es un giro coperniano. Mas bien nos parece una adaptación posibilista ante un tema que, aunque afecte a derechos humanos fundamentales, piensan que no permite réditos electorales. Apoyar a los inmigrantes, parecen decirse en los cuarteles generales del PSOE, a estas alturas no resulta rentable electoralmente.
Todas las críticas, a veces fuertes, que hemos oído, o el recurso de inconstitucionalidad (sólo parcial por cierto) que el PSOE llegó a presentar contra la Ley 8/2000…. se tiran hoy por la borda… El PSOE acepta finalmente la lógica de la política migratoria del PP, se sitúa dentro de la misma y sólo se plantea “mejorarla” desde los mismos supuestos y estrategias. Los derechos humanos y el sentido común ante el fenómeno migratorio resultan una vez mas relegados.